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EL MINISTERIO EN NAZARET Y CAPERNAÚM

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El Señor Jesús tuvo que salir de Jerusalén por la hostilidad de los líderes religiosos que lo acechaban. Viajó al norte para llegar a Nazaret, su ciudad natal.  A mitad del camino paró en Samaria, un lugar menospreciado por los judíos, pero donde él dejó su testimonio; y no sería en vano. “Y creyeron muchos...” ( Jn 4:41 ). En Hechos 8 vemos que lo que Jesús sembró aquí sería cosechado más tarde por los apóstoles, cuando muchos samaritanos fueron bautizados. Luego, Jesús siguió hasta Caná donde había hecho su primer milagro. Allí sanó a un niño de un funcionario de la corte de Herodes que estaba a unos 25 km de distancia. Luego llegó a Nazaret. Mientras tanto, algunos de sus discípulos habían vuelto a sus trabajos, pues aún no trabajaban “tiempo completo” con Jesús.  “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y   enseñaba en las sinagogas de ellos,  y era glorificado por todos” ( Lc 4:14-15 ). El c omentario Harper  explic

NACIMIENTO DE JUAN Y DEL SALVADOR

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Al finalizar la visita de María a Elisabet nace Juan el Bautista. “Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella. Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan. Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre. Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar. Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios... Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel” (Lc 1:57-80). ¿Por qué los parientes se extrañaron tanto al saber que el hijo se llamaría Juan y no Zacarías?  Primero

VISITA DE GABRIEL A ZACARÍAS Y A MARÍA

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  En los dos últimos capítulos del Antiguo Testamento Dios promete enviar a  un mensajero  que prepararía el camino para la llegada del Mesías. Dice en Malaquías 3:1: “He aquí, yo envío  mi mensajero , el cual preparará el camino delante de mí, y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis”. Luego termina Malaquías así: “He aquí, yo os envío  el profeta Elías , antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (Mal 4:5-6). Pues ahora en el Nuevo Testamento, Dios continúa el relato de Malaquías y muestra cómo se cumplió la primera etapa de esa profecía  al nacer Juan el Bautista, el mensajero profetizado . Se encuentra este mensaje en Lucas. Luego de explicar el propósito de su historia a Teófilo, un creyente adinerado, Lucas narra el nacimiento de ese “Elías” prometido, Juan el Bautista. Es la continuación natu

ENTRE LOS TESTAMENTOS—Los 400 años entre Malaquías y el Mesías

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Por 1000 años el pueblo de Dios se había acostumbrado a recibir su Palabra. Desde los tiempos de Moisés, alrededor del año 1400 a.C. Dios había comenzado a entregar en forma escrita su voluntad. Anteriormente, había sencillamente hablado con los patriarcas para transmitirles sus leyes y órdenes. Desde luego que ellos habían mantenido algún tipo de registro de ello, pero no en la forma sistemática y directa que lo hizo Dios con Moisés.  Le dijo Dios a Moisés: “Escribe esto para memoria en un libro… Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo… Entonces el Eterno dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles” (Ex 17:14; Ex 24:7-12).  A medida que pasaron los años, entre 1400 y 400 a.C., secciones enteras de la Biblia fueron añadidas hasta Malaquías. Pero luego pasarían 400 años donde no se añadiría más a las Escrituras. Por eso este período entre el Antiguo y el Nuevo Testamento se llama “En